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Días en las diócesis

sábado, 17 de julio de 2010

nunca es tarde...

La verdad es que ayer fue un día muy largo, o una noche muy corta, según se mire. Y, claro, no era cosa de ponerse a escribir a las tantas.








La historia comenzó en Chantada, donde un grupo de mozos y mozas de la diócesis de Ourense nos entregó el testigo (la cruz).





Y con ella y su furgoneta, viajamos hasta O Cebreiro, donde tuvo lugar la recepción oficial en la diócesis.












Bajarla, montarla, preparar el icono, ... todo antes de comenzar la celebración.








La verdad es que sólo con verlos de cerca, tanto la cruz como el icono te hablan. Te hablan de millones de personas en todo el mundo que los han visto, que los han tocado, besado, acariciado. De millones de kilómetros que han recorrido, por autopistas y por corredoiras. De los miles de personas que los han montado, cargado, desmontado y guardado. Del paso del tiempo, que en todos y en todo deja huella.








Un lifting no les vendría nada mal a ninguno de los dos, pero cúando hacérselo si todos los días andan de aquí para allá.

Mejor ajados que parados.





Todo preparado, el comité de bienvenida dispuesto, y comienza la celebración.














Pero de ella hablaremos en otro momento.








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