La PEJ ha acabado y 12.000 jóvenes de toda España y Portugal la han disfrutado con diversas actividades organizadas para este gran evento. Todos los actos han estado controlados por un equipo de 300 voluntarios que desde el día 1 estaban en Santiago de Compostela preparando todo para que saliera PER-FEC-TO. Para empezar con fuerzas, lo primero que hicimos después de encontrar nuestro lugar de descanso, fue cenar para tener fuerzas suficientes para afrontar lo que se nos echaba encima, que aunque no lo habíamos descubierto , era demasiado. Una velada espléndida en la que poco a poco nos íbamos conociendo uno a uno: cómo te llamas, cuántos años tienes, de dónde vienes...La ilusión con la que todo el mundo llegaba no se puede expresar ni con imágenes, porque era tanta que al día siguiente cuando pidieron voluntarios para ejercer algún tipo de actividad, eran muy pocos los que no alzaban sus manos pidiendo ser ellos. Por la tarde nos tocaba hacer una exploración de la ciudad, y ¿qué mejor manera de hacerla que llevando a cabo una serie de pruebas en cada lugar que íbamos conociendo?
Nuestros días eran muy completos. Comenzábamos desayunando para coger fuerzas, y a las 9 en punto rezábamos laudes con gran devoción. Un trabajo en equipo y un tema a explicar diferente cada día: sanidad, orden, La cruz y los pecados, el voluntario que no sirve no sirve para nada...Una comida potente en un gran comedor y después una tarde repleta de trabajo en grupo desde las 15:30 hasta las 20:00 que cenábamos. Todos los días seguíamos el mismo programa hasta que llegó el miércoles y con el la Cruz de las JMJ´s y muchos jóvenes de Andalucía que se adelantaron un día. Esa noche llevamos en procesión la Cruz y el Icono de la Virgen hasta la catedral. Una vez allí tuvimos una gran vigilia rezando por todos aquellos que no han podido asistir a este gran evento, ofrecerle a Jesús en esa cruz que Él cargó, todo el cansancio, tristezas, alegrías...
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