Cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía (Is 58, 10)
El COMEDOR SAN FROILÁN nació con motivo del gran Jubileo del año 2000, a propuesta de Fray José. Su primera ubicación fue el antiguo comedor del Seminario, pero desde hoy ha sido trasladado al palacio de Velarde, en la calle Armañá.
En el acto de inauguración y bendición de las nuevas instalaciones, el padre Miguel Gómez dijo que “el comedor es un compromiso que nace de la fe que nos une y de la consciencia de las necesidades que nos rodean . Es la respuesta a querer vivir con generosidad y solidaridad con las personas que más lo requieren y poner algo de comprensión, esperanza y amor en su vivir cotidiano.”
En otro momento de su intervención afirmó que con este servicio, la Iglesia de Lugo “quiere hacer realidad lo que decimos al rezar el Padrenuestro: “danos hoy nuestro pan de cada día”
No faltaron las palabras de reconocimiento para las personas que prestan este servicio: “El comedor está regentado con el amor, acierto, ánimo y buen hacer de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, así como de las otras congregaciones religiosas, de los voluntarios y de las empresas colaboradoras.
Sor Asunción. Mujer menuda, pero ¡menuda mujer! |
La función del Comedor San Froilán no sólo se limita a distribuir alimento para el cuerpo- 40.000 comidas el año pasado-. Muchos de sus usuarios buscan también que alguien les escuche y agradecen de corazón que se les comprenda y acoja con cariño sin importar su procedencia, condición social o religión”.
Las siguientes frases están entresacadas de la intervención de don Alfonso:
• El corazón que está alentado por el Amor de Dios sabe ver las exigencias de la justicia. • En este centro brilla el amor al prójimo y en él se responde a lo que pensamos que es justo: dar de comer al hambriento y acoger a quien lo necesita. Es un centro que brilla en el centro de la ciudad de Lugo.
• Es motivo de orgullo para la ciudad que el centro se sostenga sólo con los donativos, las aportaciones y la colaboración gratuita de los que son cristianos y de todos los que con nosotros quieren colaborar.
• Con la bendición le hacemos también una petición al Señor: que la obra pueda continuar, y que bendiga a los colaboradores, que bendiga a los que dan y también a los que reciben, personas llenas de las mismas exigencias de derecho y de justicia que todos tenemos.
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