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Días en las diócesis

sábado, 6 de noviembre de 2010

¡Muchas, no. MUCHÍSIMAS GRACIAS!

No es nada fácil intentar contar lo que hemos vivido hoy. Con lo cual, tampoco lo vamos a intentar tan siquiera.
Como es imposible estar en Misa y repicando, en este momento no tenemos una foto digna. A decir verdad, no tenemos una digna foto que ofreceros, pero los voluntarios de la dióceis que hemos estado reforzando en prensa nos llevamos recuerdos, muchísimos buenos recuerdos, aunque alguno que otro menos bueno.
Poder estar a cinco o quince metros del Santo Padre es un privilegio impagable.
La valoración del encuentro, a decir de don Salvador Domato y del presidente de la Xunta en sendas ruedas de prensa, es mucho más que positivo.
A don Salvador le preguntaron qué había comido el Papa. ¿Será ésta la pregunta de la peregrinación?. Menos mal que él, listo como es, convirtió la pregunta en un resumen de la jornada. Dijo que el Santo Padre estuvo encantado entre nosostros, fascinado al entrar en la Plaza del Obradoiro y ver su belleza, que era tal cual se la esperaba. En la Catedral no hacía más que mirar de un lado para otro, de ensalzar con la mirada la belleza del lugar, de hacer tremendos esfuerzos al leer en gallego -detalle que le agradecimos de corazón, porque no sólo fue una vez o dos, sino que varias- y de romper el protocolo con los niños y los ancianos, a pesar de los impedimentos que le ponían los de seguridad del Vaticano.  O con los sacerdotes de la diócesis (¿verdad, Adrio?).
Don Alberto hizo una larga declaración, hablando maravillas del día, de la retransmisión de TVG, y de que muchos gallegos que hoy lo vieron a través de la tele al otro lado de charco. Eso sí, no concedió entrevistas, pero se paró con nosotros al final para agradecernos el trabajo realizado para que todo saliera tan bien.
Lo dicho, ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!


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