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Días en las diócesis

martes, 24 de agosto de 2010

PEJ 2010 ( Volumen V )

Todo se acaba al final la misa del domingo. Una hora y media de Eucaristía que muy bien redacto mi compañera Surei. Lo más llamativo de esta última celebración fue lo rápido que se repartió la comunión. Cada voluntario iba con un paraguas y con un cura. Cuando llegaban al lugar donde se tenían que situar abrían el paraguas y allí esperaban a que los fieles se preparasen para recibir el Cuerpo de Cristo. Al terminar la Eucaristía todos cantamos y bailamos para despedirnos; correr hacia los buses y verlos irse a lo lejos uno, dos, tres... así hasta llegar a los casi 200 autobuses. Esta gran experiencia no acababa ahí. Recordaríamos todo lo que vivimos con fotos, vídeos, y como no con la JMJ de Madrid 2011. ( visitar madrid11.com )
"Yo llevaba tres años pensando " el verano en que cumpla los 18 años me voy a Santiago",no había pensado en ningún momento en que ese verano era justamente año santo. Desde invierno estaba muy animada a ir a Santiago, imaginando todo y con muchas ganas, ganas de ese buen ambiente que sabes que hay cuando se juntan tantos jóvenes por un mismo ideal, ganas de encontrar a viejos amigos de otras peregrinaciones y sobre todo de encontrarme con Jesús tras tenerle un poco abandonado por las exigencias de mi ultimo curso de bachillerato.
Caminando desde Toledo hasta Santiago el camino en ocasiones se me hizo un poco duro, pero nada que no pudiese superar pensando la recompensa que me esperaba al final, pensando en la cruz con la que cargo Jesús y ofreciéndoselo todo a Él.
Tras cinco días de camino, durmiendo poco y mal, la llegada a la plaza del obradoiro me pareció espectacular, todos llorando de emoción, con una cantidad impresionante de jóvenes que ya estaban allí y todo muy bien organizado con un montón de voluntarios super amables que desde un principio y hasta el final se portaron super bien y tuvieron mucha paciencia con nosotros, el cansancio desapareció de golpe. El momento cúlmen del día fue el abrazo al santo, después de un rato de oración, allí ofrecí todo, el camino, el cansancio, la diversión , las intenciones de aquellas personas que no habían podido venir...Los días siguientes, ya alojados en Santiago me sirvieron para darme cuenta de muchas cosas y para reforzar mi fe con charlas y talleres muy interesantes y como colofón, una vigilia con miles y miles de jóvenes, preciosa, incluso me emociones cuando sacaron la cruz de la JMJ.
El punto final de la PEJ con una misa en el estadio san Lázaro, fue otro de los momentos mas emocionantes, sabiendo que era nuestra despedida hasta la JMJ, la viví con especial devoción, pidiéndole a Dios no perder nunca ese buen ambiente y esas ganas de comerte el mundo que te da un encuentro como este."
Jimena Acevedo Reina (Toledo)

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