“Pasar la misa al Santo…”

Si, al Apóstol Santiago, “al nuestro” y… en Bolivia. Y es que la fe no tiene fronteras, ni color, ni nacionalidad.
La parroquia a la que pertenecimos durante nuestra estancia en Bolivia fue la de Santiago Apóstol, en El Torno. El día 25 la celebración estaba llena de bolivianos venidos de lejos con su santo (Santiago Apóstol) en la mano. ” Venían a pasarle la misa”, no importaba cuántos kilómetros habían hecho a pie, ni a qué hora se habían levantado, ni si habían desayunado ese día, ni siquiera, si comerían. Lo que importaba era que estaban allí, a las 10h de la mañana, con “su santo” que tienen en su casa y al que le rezan todos los días.

La experiencia de este año también fue única y diferente a las demás. A un mes del regreso damos gracias a Dios por la oportunidad que nos brinda de poder ir a un país de misión.
Una vez más experimentamos la hospitalidad de la gente, su amor, su humildad, su sencillez, su fe llevada a la vida. Una vez más son como un revulsivo para aquellos que venimos o creemos venir con todo aprendido de este mal llamado primer mundo.