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Días en las diócesis

martes, 31 de mayo de 2011

Plaza de la Esperanza

Este texto pertenece a la parte final de un artículo publicado en el diario local de ayer que se titulaba "Plaza de la Esperanza" y que fue escrito por Francisco Muro de Iscar. Si lo quieres leer entero, lo encuentras, por ejemplo,  en http://blogs.periodistadigital.com/opinion.php/2011/05/30/francisco-muro-de-iscar-plaza-de-la-esperanza-3134

(...) Montaron el campamento de los indignados, cada uno de su padre y de su madre. Pretendieron gobernar la calle, la ciudad, la política, el mundo desde una o varias asambleas. Recibieron la máxima atención informativa y miles de personas se acercaron por allí para mostrar su solidaridad. Quisieron mover el mundo -que lo necesita como el comer- y todo puede quedar en nada. En Barcelona antes de terminar la semana fueron desalojados por la fuerza, con violencia. Y volvieron. En Madrid ni el ministro del Interior ni la delegada del Gobierno se atreven a limpiar la Puerta del Sol y los comerciantes se quejan de que la defensa de los derechos de unos está machacando sus derechos, sus empresas, los puestos de trabajo que generan. Nadie les escucha.
En Madrid se prepara mientras tanto otra concentración mucho mayor. En pleno agosto, entre uno y dos millones de jóvenes van a juntarse para ver al Papa en la Jornada Mundial de la Juventud. No serán los mismos que están en estas plazas de la desesperanza, aunque tal vez algunos sí que vayan a buscar la respuesta que no han encontrado todavía. Vendrán de 182 países y de todos los rincones de España. Hay miles de jóvenes que han hecho del compromiso su bandera. Llenarán la Plaza de la Esperanza. También ellos serán portada en todos los medios y cabecera en todos los informativos de televisión. ¿Nos olvidaremos luego de ellos, de sus palabras de su compromiso, de su solidaridad? ¿Es un signo de los tiempos? Ojalá que ni unos ni otros se olviden de sus principios, de la necesidad de luchar por cambiar esta sociedad injusta que tan poco nos gusta a tantos.

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